Alcachofa

Originaria de Europa, la alcachofa (también conocida como alcaucil) fue domesticada hace más de 1200 años en la región mediterránea. Ha sido reconocida durante mucho tiempo por su valor nutritivo y bajo contenido calórico. Si bien las regiones templadas constituyen su hábitat natural, ahora la alcachofa se cultiva y disfruta en países de todo el mundo.

Beneficios de la alcachofa

Se sabe que los antiguos romanos utilizaron la alcachofa en su cocina, pero también con fines medicinales. Específicamente la valoraron como un agente colerético y diurético, dado que aumenta la producción de bilis y promueve la eliminación de toxinas a través de la orina.

La investigación científica moderna sugiere que la alcachofa puede ser un tratamiento eficaz para diversos trastornos digestivos, así como algunas otras afecciones. Las propiedades de la alcachofa han probado su efectividad para:

• Ayudar a la digestión. La alcachofa ayuda a estimular la producción de bilis, una substancia que resulta crucial para la digestión y la formación de heces. Al mejorar el proceso digestivo, las alcachofas también ayudan a aliviar y prevenir la hinchazón, las náuseas y el estreñimiento.

• Prevenir cálculos biliares. El aumento de la producción de bilis contribuye a evitar y a deshacer cálculos biliares, que a menudo se componen de colesterol acumulado. Estos se eliminan a través de la orina gracias al efecto diurético de la alcachofa.

Adicionalmente, la evidencia preliminar sugiere que la alcachofa puede ser útil para reducir el colesterol, así como para combatir bacterias y hongos.

Cómo funciona

La alcachofa es una gran fuente de compuestos fenólicos altamente beneficiosos. Contiene un componente activo conocido como cynarin, que estimula la producción de bilis. El cuerpo humano requiere bilis para descomponer las grasas; por lo tanto, la acción colerética de este compuesto juega un papel importante en el proceso digestivo.

Las hojas de alcachofa son ricas en ácidos cafeoilquínicos, sustancias con propiedades antioxidantes, antibacterianas y antihistamínicas que también han mostrado efectos hipocolesterolémicos, estimulantes del hígado y diuréticos.

Las hojas de alcachofa también contienen n-butanol, que ha demostrado tener actividad antimicrobiana significativa contra bacterias, levaduras y mohos. Otros componentes de la alcachofa, tales como ácido clorogénico, luteolina, y cinarósido, han mostrado un notable efecto antioxidante.

Otras hierbas con propiedades diuréticas son el apio y el perejil, mientras que la chanca piedra y la cáscara sagrada también son excelentes para prevenir los cálculos biliares.

Efectos secundarios de la alcachofa

La alcachofa se considera segura en suplementos de salud y para el consumo general. Sin embargo, se han notificado algunos casos de reacciones alérgicas al utilizar preparaciones tópicas, por lo que las personas con piel sensible deben usar suplementos de alcachofa con precaución.

La alcachofa se debe comer como parte de una dieta variada, y se debe buscar asesoramiento de un profesional de la salud antes de emprender un régimen que incluya el consumo regular de esta hierba.

Precauciones

Debido a que estimula la producción de bilis, la alcachofa puede incrementar las posibilidades de un ataque de la vesícula biliar. Esto ocurre cuando hay conducto bloqueado dentro de la vesícula que obstruye el paso de la bilis, y puede ser más probable que ocurra en personas que tienen colesterol alto.

Es importante discutir el consumo de alcachofa de forma regular con un médico, especialmente en el caso de las mujeres embarazadas o amamantando.

La alcachofa es una excelente fuente de vitamina B₉ (folato), que desempeña un papel importante en el desarrollo fetal y, junto con la vitamina B₁₂, contribuye en la producción de nuevos glóbulos rojos y promueve la absorción de hierro.

Todas las partes comestibles de la alcachofa también proporcionan buenas cantidades de cobre, magnesio, manganeso, vitamina C (ácido ascórbico), y vitamina K (filoquinona); todos estos nutrientes son necesarios para promover un sistema inmune fuerte, huesos y músculos saludables, y una buena coagulación.

También presentes en cantidades adecuadas en las alcachofas, están las vitaminas del complejo B, que incluyen B₁ (tiamina), B₂ (riboflavina), B₃ (niacina), B₅ (ácido pantoténico) y B₆ (piridoxina); todos ellas juegan un papel importante en la conversión de carbohidratos y grasas en glucosa, la cual es usada por el cuerpo para producir energía.

Adicionalmente, la alcachofa contiene buenas cantidades de colina, un nutriente esencial para preservar la integridad estructural de las células, así como para producir acetilcolina, un neurotransmisor importante para la memoria, el estado de ánimo, el control muscular y otras funciones cerebrales y del sistema nervioso.

El valor nutricional de la alcachofa se redondea por la presencia de fósforo y potasio, dos minerales que son cruciales para la formación de huesos y dientes, así como para la regeneración celular y la regulación de la presión arterial.

Finalmente, la gran cantidad de fibra dietética en la alcachofa puede ayudar a prevenir y tratar el estreñimiento, la hipertensión, y la diabetes.

UNA ALCACHOFA DE TAMAÑO MEDIANO (120 G) PROPORCIONA 64 CALORÍAS Y EL 27% DEL VALOR DIARIO DE FIBRA DIETÉTICA.

Las alcachofas son valoradas por su sabor agradable y ligeramente amargo. Se cocinan en muchos platos, o también se pueden comer crudos como una alternativa saludable a los refrigerios grasos. También es posible comprar alcachofa en forma de té u otros suplementos de salud. Estas preparaciones a menudo son preferidas por aquellos que buscan usar alcachofa para tratar condiciones específicas.

LAS ALCACHOFAS SON MUY APRECIADAS POR LOS CHEFS DE TODO EL MUNDO, Y SE DISFRUTAN EN DIFERENTES CULTURAS COMO ACOMPAÑAMIENTO DE CARNES ASADAS, LASAGNA, PAPAS FRITAS Y MÁS.

Formas naturales

• Cocida. La alcachofa es apreciada por su agradable sabor y textura crujiente, así como por sus beneficios nutricionales. Tanto el corazón de alcachofa como las hojas alrededor de la cabeza de la planta se pueden comer cocidos o marinados en aceite de oliva, siendo esta última una forma común de conservar las alcachofas durante un período prolongado.

• Infusión. El té de alcachofa puede prepararse usando la cabeza de la planta o las hojas. Esta forma de consumo es popular para promover la buena digestión y la salud del hígado, así como para tratar cálculos biliares.

Remedios herbales y suplementos

• Tintura. Esta es una preparación concentrada de alcachofa para uso medicinal. Los componentes de la planta se trituran y se sumergen en alcohol, que actúa como disolvente y extrae sus componentes activos. La tintura de alcachofa debe diluirse en agua antes de su consumo.

• Loción. Es posible encontrar lociones corporales y cremas faciales hechas con extracto de alcachofa. Se dice que sirven como tratamiento anti edad, para prevenir y eliminar las arrugas; sin embargo, no hay evidencia científica que sugiera su efectividad.

• Capsulas. Las pastillas de alcachofa pueden ser una forma adecuada para ingerir los ingredientes activos de la planta y aliviar molestias estomacales. Se cree que pueden tratar estos problemas con relativa rapidez porque los componentes pueden llegar al área afectada de manera más rápida y eficiente.

La alcachofa crece mejor en climas cálidos y templados, pero se cultiva en todo el mundo, tanto en ambientes naturales como en invernaderos. La alcachofa es una planta bastante resistente, sin embargo requiere un poco de atención y condiciones adecuadas para su óptimo crecimiento.

Instrucciones de cultivo

• Las alcachofas prefieren un suelo bien drenado y fértil; sin embargo, se pueden cultivar en una amplia gama de terrenos, incluso aquellos con cierto nivel de salinidad. Un suelo con un nivel de pH de 6.1 – 6.5 es ideal para las alcachofas.

• Se propagan por semillas, las cuales deben germinar previamente en un ambiente protegido.

• Las raíces profundas de la alcachofa necesitan un riego regular mientras la planta crece y produce flores.

• Un rango ideal de temperatura para el cultivo de alcachofas es de 35 a 80°F (2 a 27°C). Crecen bien en las zonas de resistencia USDA 10 – 12.

• Las alcachofas son susceptibles a algunas enfermedades, como el mildiú polvoriento y la mancha foliar. Además, pueden verse afectadas por algunas plagas, comúnmente babosas, caracoles y áfidos.

Se puede encontrar información más detallada sobre el cultivo de alcachofa en el huerto.

Taxonomía de la alcachofa

La popular alcachofa 'globo' es científicamente conocida como Cynara scolymus. Es una planta perenne que pertenece a la familia Asteraceae y está formada por tallos gruesos que tienen hojas dentadas grandes y luego un brote que crece hasta convertirse en una flor en la parte superior. Las flores crecen alrededor de tres a seis pulgadas (8 - 15 cm) de diámetro y consisten en capas de hojas gruesas o escamas y, finalmente, una masa de pétalos de color púrpura delgado en la parte superior. La base y las hojas inferiores de la yema desarrollada se conocen colectivamente como el "corazón" de la alcachofa, que es la parte que generalmente se usa para el consumo.

• Clasificación

  La alcachofa forma parte la gran familia Asteraceae, que contiene más de 23,000 especies repartidas en 1620 géneros. Este grupo también se conoce comúnmente como margarita, áster, o familia de girasol, e incluye hierbas como manzanilla (Matricaria chamomilla), achicoria (Cichorium intybus), diente de león (Taraxacum officinale), tagetes (Tagetes erecta) y stevia (Stevia rebaudiana).

• Variedades y cultivares de alcachofa

  Hay cinco variedades de alcachofa que se producen naturalmente y se cultivan por lo general para consumo humano. Se distinguen por su color y la forma de sus hojas, y van desde el blanco verdoso hasta el purpura, incluyendo una variedad espinosa. 

  Entre los cultivares de alcachofa más populares están 'Green Symphony', 'Purple Tempo', 'Opal' y 'Concerto', que son el resultado de un largo proceso de hibridación y se propagan mediante semillas que se pueden cultivar anualmente y producir un rendimiento limitado. Un nuevo cultivar, llamado 'Northern Star', se ha producido para prosperar en los inviernos fríos de las regiones del norte.

Historia de la alcachofa

La importancia de la alcachofa en la historia comienza con las civilizaciones griega y romana. Las hojas de alcachofa, los capítulos florales y las semillas fueron consumidos comúnmente durante este período. Las alcachofas se cultivaron en Nápoles desde el siglo IX EC, y el cultivo se extendió aún más desde allí, a la España musulmana y al Magreb. Italia y Francia comenzaron a producir alcachofas en los siglos XV y XVI, y los holandeses las introdujeron en Inglaterra durante el período Tudor. Finalmente, fueron traídas las Américas por los franceses en el siglo XIX.

Ya en la época contemporánea, como principal productor en California, la ciudad de Castroville tiene una historia  interesante con respecto al cultivo de alcachofa. Allí se celebra desde hace varias décadas el Festival de las alcachofas, un evento que se ha convertido en un día de diversión familiar con puestos de comida y vino, así como juegos. Marilyn Monroe fue la primera en recibir el título de Reina de la alcachofa, el cuál se le otorgó cuando visitó Castroville en 1948.

Datos económicos

La alcachofa es económicamente importante por razones culinarias, medicinales y ornamentales. En 2005, la producción total de alcachofa en todo el mundo fue de alrededor de 1,2 millones de toneladas, la mayor cultivada en las regiones mediterráneas de Europa. Italia es el mayor proveedor de alcachofas, produciendo casi medio millón de toneladas métricas anuales, seguido por Egipto y España, mientras que Estados Unidos de América es el noveno productor mundial.

EL ESTADO DE CALIFORNIA PROPORCIONA CASI EL 100% DE LA ALCACHOFA DE AMÉRICA DEL NORTE, Y EL 75% PROVIENE DE CASTROVILLE, EN EL CONDADO DE MONTERREY.