Anís

El anís fue domesticado hace más de 2000 años, y los investigadores creen que se cultivó por primera vez en China. La importancia del anís a lo largo de la historia se remonta al Imperio Romano, donde se usaba como especia y fragancia. Comenzó a cultivarse en Inglaterra en el siglo XVI y desde entonces se ha extendido por todo el mundo, convirtiéndose en una especia básica y un remedio herbal popular en diversas culturas.

Beneficios del anís

Las propiedades antiespasmódicas y estrogénicas del anís se han utilizado desde la antigüedad. Sus usos médicos tradicionales incluyen:

• Tratar y prevenir problemas estomacales. El anís se ha utilizado durante siglos para aliviar dolencias gastointestinales, como úlceras, náuseas y estreñimiento.

• Calmar los cólicos menstruales y los síntomas de la menopausia. Sus acciones antiespasmódicas y estrogénicas ayudan a aliviar los problemas menstruales, así como los síntomas de la menopausia causados ​​por la deficiencia de estrógenos.

• Aliviar la tos y las enfermedades respiratorias. La acción expectorante del anís favorece la secreción de la mucosa acumulada en las vías respiratorias, facilitando la expulsión de flema.

En cuanto a su contenido de micronutrientes, el anís es rico en vitaminas B₃ (niacina) y B₉ (folato), además de minerales como hierro, calcio, magnesio, potasio, zinc y cobre.

Diversos tratamientos tradicionales incluyen semillas de anís secas y trituradas, infusionadas en agua caliente, a modo de agente carminativo, antiséptico, diurético, digestivo y afrodisíaco. El anís también es un popular remedio para el insomnio y el estreñimiento. En la medicina tradicional árabe, las semillas y el aceite de anís se han utilizado para tratar diversas afecciones, como dispepsia, náuseas, cólicos abdominales, convulsiones y epilepsia.

Cómo funciona

Los principales constituyentes del anís son estrarol, anetol, eugenol, anisaldehído, metilchanicol, cumarinas y terpenos. Estos compuestos han mostrado propiedades antioxidantes y antimicrobianas, que se cree que son la razón de los efectos protectores del anís sobre la mucosa gástrica. Aunque aún no se conoce el mecanismo de acción exacto, el anís proporciona un efecto relajante a nivel muscular (antiespasmódico) y contribuye a mantener la integridad estructural del epitelio gástrico frente a sustancias irritantes.¹

Además, la acción expectorante del anís se atribuye al anetol, un alcohol natural que proporciona al anís su sabor y dulzura característicos, además de estimular el movimiento ascendente de las células epiteliales en el tracto respiratorio, lo que ayuda a expulsar la flema.²

Además, el dianetol y el fotoanetol, derivados del anetol, parecen ser los responsables de la acción estrogénica del anís. Se unen a los receptores de estrógeno de las células, lo que desencadena una respuesta similar a la causada por el estrógeno.³

EL ANÍS SE UTILIZA COMÚNMENTE PARA ALIVIAR LOS MALESTARES GASTROINTESTINALES PORQUE PROTEGE EL REVESTIMIENTO DEL ESTÓMAGO.

La manzanilla y la rosa canina también poseen propiedades antiespasmódicas, y se pueden encontrar beneficios estrogénicos similares en la alfalfa y el dong quai.

Efectos secudarios del anís

No hay efectos secundarios informados del consumo regular de anís. Sin embargo, la ingestión de grandes cantidades de aceite esencial de anís puede causar náuseas, vómitos, convulsiones y edema pulmonar.

Las personas que son alérgicas a plantas similares al anís pueden experimentar reacciones que van de leves a graves y pueden incluir síntomas como rinitis, angioedema, asma, urticaria, eccema, dolor abdominal, vómitos y diarrea.

Precauciones

Dado que el anís tiene una acción estrogénica, las mujeres con cáncer de mama, útero u ovario, endometriosis o miomas uterinos deben evitar su consumo.

Por su acción anticoagulante, las personas que toman medicamentos antitrombóticos o van a someterse a una cirugía deben consultar a un médico antes de consumir anís.

Si bien el consumo normal de anís se considera seguro durante el embarazo, no se recomienda el uso excesivo en formas concentradas en la etapa de gestación ya que puede provocar un aborto espontáneo.

Hay muchas formas de consumir anís para disfrutar de sus beneficios nutricionales y medicinales. Debido a su fuerte sabor, generalmente no se consume fresco, pero se usa comúnmente seco, como complemento de comidas y postres. Sin embargo, las formas medicinales ofrecen una mayor concentración de las propiedades del anís.

En el Mediterráneo, es muy común beber licor de anís con o después de las comidas para ayudar a la digestión.

Formas naturales

• Fresco. Las semillas de anís, frescas o secas, tienen un aroma y un sabor característico, similar al regaliz. Se pueden masticar como un refrescante del aliento a base de hierbas, o se pueden utilizar tanto en preparaciones medicinales como culinarias.

• Infusión. Es común preparar las semillas de anís en una infusión tibia para aliviar dolores de estómago, flatulencias y cólicos infantiles, así como para tratar H. pylori, infecciones del tracto respiratorio, dispepsia y estrés.

La planta de anís se considera bastante difícil de cultivar. Aunque crece en climas templados estándar, no soporta bien el trasplante o la manipulación excesiva.

Pautas de cultivo

• El anís crece mejor en suelos fértiles y bien drenados. La fertilización solo debe considerarse cuando el suelo es pobre. También requiere mucha luz solar.

• La planta de anís prospera dentro de una zona de vida de 46 a 73°F (8 a 23°C), con 16 a 67 pulgadas (0,4 a 1,7 m) de precipitación y un pH de 6,3 a 7,3 (suelos neutros a ligeramente alcalinos).

• El espacio ideal entre las plantas es de 6 a 12 pulgadas (15 a 30 cm). Los tallos del anís a menudo son débiles, pero una línea de hilo a lo largo de cada lado de la fila evitará que se caigan.

• Las plantas deben regarse solo al final de la tarde o por la noche.

• La planta de anís puede florecer después de unas seis semanas posteriores a la siembra, pero la maduración de las semillas puede demorar hasta cuatro meses de crecimiento y requiere el calor del verano.

Taxonomía del anís

El anís es una planta con flores que puede crecer hasta tres pies (1 m) de altura y se puede identificar por sus hojas verdes plumosas y pinnadas y sus flores blancas de forma oblonga. Estas flores producen un pequeño fruto, que constituye la parte comercialmente más importante de la planta.

• Clasificación

  Pimpinella anisum es un miembro de la familia Apiaceae, que comprende alrededor de 434 géneros y 3700 especies, en su mayoría hierbas de climas templados con inflorescencias umbeladas, como la arracacha (Arracacia xanthorrhiza), la zanahoria (Daucus carota), el apio (Apium graveolens), el eneldo (Anethum graveolens), hinojo (Foeniculum vulgare), chuchupate (Ligusticum porteri) y perejil (Petroselinum crispum).

• Variedades y subespecies de anís

  A lo largo de la historia, se han cultivado diferentes variedades y subespecies de anís mediante crianza selectiva en diferentes regiones del mundo. El anís español, vendido como anís de Alicante, es el más grande y mejor adaptado para uso medicinal, ya que rinde alrededor del 3% de aceite. Hay dos variedades norteamericanas de anís: anís amarillo y anís de Florida.

Datos económicos

Los mayores productores de anís son Rusia y Polonia. El anís contiene anetol, un aceite esencial que se utiliza en diversas industrias, particularmente en la industria alimentaria. Este aceite se usa para producir desde dulces hasta pan, así como en muchos platos de Asia oriental. Sin embargo, debido a que este aceite también se puede obtener de otra hierba no relacionada, el anís estrellado, que es menos costoso de producir, la producción de aceite esencial de anís era de solo ocho toneladas a principios del siglo XXI.

Otros usos del anís

• Condimento. El anís es muy utilizado en la cocina, así como en la industria alimentaria y farmacéutica para dar sabor a repostería, queso, pan, bebidas, medicamentos y cosméticos.

• Refrescante bucal. En muchas culturas alrededor del mundo, el anís se puede masticar para aliviar el mal aliento.

• Pesca. El aceite esencial de anís se puede usar para fabricar esencias líquidas que pueden funcionar como cebos efectivos para atraer peces.

• Aromaterapia. El aceite esencial de anís es muy popular en aromaterapia. Su aroma fresco, dulce y especiado se usa para aliviar las náuseas, así como un estimulante matutino.